sábado, 2 de enero de 2021

Vagón de Noche Vieja

 La estación, a las 15:45 estaba casi vacía. Lo normal un viernes cualquiera, fin de mes, entrada en vacaciones, es ver un montón de caras conocidas regresando a León. 


La mayoría de estos compañeros frecuentes de viaje ahora trabaja desde su casa, teletrabajo, o a lo peor, ni siquiera trabaja. 


Los trayectos son menos frecuentes. Se ha reducido el número de vagones, no hay tren doble los viernes desde Madrid a León y lo peor es el precio. 


Se inventaron un medio de transporte ecológico y rápido que sólo pueden pagar los ricos. Lo mejor ahora es buscar transporte en Bús, no sé porqué extraña razón, yendo lleno, han reducido sus frecuencias. Así que, la alternativa es Blablacar, pero los viajes esta vez los ha puesto tarde. Por curarme en la fatalidad de quedarme un día más en Pucela, he reservado el AVE. 


Tras pasar por el control de maletas, donde llevo tres balones de mini mini basket para mis sobrinos, presento mi billete en la cabina y la chica pasa el escáner sobre mi smartphone. 


  • ¡Qué tengas un buen año!.

  • Igualmente.

  • Espero que sea mejor que este.

  • No creo, el que viene va a llegar con la III Guerra Mundial.

  • Bueno, hombre no pienses así.

  • Sí, va a ser peor. Así que tienes que darte prisa y visitar León, ya sabes que estás invitada.


Unas risas y una gran sonrisa terminan la conversación.


A mi memoria llegan recuerdos de la conversación que tuve con ella hace dos veranos. 


  • ¿Vas a León?

  • Sí, espera un poco más atrás de la farola, ahí quedará el vagón número cuatro.

  • Gracias.

  • ¡Qué suerte tienes!. León es fenomenal los fines de semana. El Barrio Húmedo, las tapas, esas calles con árboles,...

  • Bueno, en tren lo tienes a una hora. Seguro que en RENFE tienes descuento. 

  • ¡Ah!, pero para volver no tengo buena combinación.

  • Por eso no hay problema, allí tienes mi casa. Está vacía, creo que la voy a poner en Aribnb.



La taquillera o controladora, porque ya ni siquiera cobran billetes, desde entonces es atenta conmigo. A pesar del mal día que he tenido, su sonrisa me hace pensar en otras cosas. Ese pelo rubio de agua oxigenada casi la hace atractiva, pero tiene las cejas muy negras y los ojos como perlas negras de los mares del Sur.


En el andén, un gélido viento me hace ponerme la capucha del chaquetón. Ahora algunas gotas de vapor resbalan por la mascarilla. Ya llevo tiempo con ella, son 8 horas continuas de trabajo. Sólo la quito para tomar el café y beber agua.


A muchas personas les tengo que pedir que repitan lo que dice, llevan la suya tan ajustada a la boca que no sale el sonido de esa funda, bozal, que llevamos los humanos por haber estropeado el mundo. 


Un día gris como hoy, finaliza el año. Un año donde perdí las callosidades de los pies por no haber andado en tres meses cinco kilómetros al día, pero otros perdieron a sus padres, muchos estuvieron a punto de perderlos. 


Mis padres por suerte siguen ahí. Desde que padezco esta puñetera enfermedad mental ellos me vigilan y yo les doy algo de trabajo y compañía. No sé porqué sigo trabajando en una empresa que la única solución que me ha dado, en esta situación personal y queriendo trabajar, es hacer doscientos ochenta kilómetros todos lo días. Aunque la pensión que me iba a quedar iba a ser irrisoria, pero hay un montón de gente que ahora está disfrutando sus ERTEs porque hace actividades no esenciales para el País.


Es curioso, mientras yo paso la maleta por el control mi esquizofrenia dice: el guarda verá los balones y pesarán que llevo explosivos, o droga dentro,.... pero lo cierto es que realizo una actividad esencial para el País y por ello, cuando no había medios de transporte o se pusieron por la nubes los precios del tren en la cuarentena, de un estado de alarma que sólo ha servido para ningunear el estado democrático, tuve que pedir un excedencia no retribuida. 


Entro en el vagón, miro la numeración de los asientos, me toca caminar hasta el final y de nuevo pienso: seguro que alguno piensa que soy Policía por mi bolso. Puedo llevar una Beretta automática y unas recetas para expedir a los que consumen estupefacientes y que luego he de hacer llegar a la subdelegación del gobierno. Este decidirá si pone sanción o se la quita según qué recomendación, pero para eso he de hacer la instancia, mandar la muestra a analizar, el colgado del laboratorio la probará, se la esnifara, la fumara o quizás la ponga en un tubo de laboratorio para analizar componentes y pureza…alcanzo mi sitio y hay una panchita del personal de limpieza. Lo está limpiando porque acaba de ser abandonado por otro pasajero. 


  • Gracias. Feliz año.

  • Muchas gracias.


Suena el pitido de las puertas, se cierran y el tren empieza su traqueteo. 


Recuerdo Navidades pasadas, con suerte podías comprar billete en preferente con un gran descuento y te invitaban a vino espumoso, dulces, revista y tentempiés....



02 de Enero 2021


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